Verdad

“La verdad brotará de la tierra, y la justicia mirará desde los cielos.  Jehová dará también el bien, y nuestra tierra dará su fruto.  La justicia irá delante de Él, y nos pondrá por camino”. Salmo 85: 11-13 (Biblia Reina Valera) 

La búsqueda de la verdad es de valientes.  La conquista es de aventureros.  La vivencia es de sabios.  La manifestación es de revolucionarios.   Seguir en el engaño es para “cualquiera”.  ¿Cuál de todos los anteriores piensas que eres? 

En la búsqueda de la Verdad el científico buscó en la célula, luego en el átomo, después en las partículas subatómicas.  En su afán de ver lo pequeño, perdió la visión del contexto; la vida en su conjunto, el hombre y su relación con el universo, con Dios.  ¿Quién posee la Verdad absoluta?  Nadie, cada uno tiene solo una parte de la Verdad.  Únicamente Dios lo puede todo “Omnipotente”, lo sabe todo “Omnisciente”, y está en todo “Omnipresente”.  

El egoísmo nos lleva a pensar que tenemos el convencimiento de las cosas, la certeza de todo, pero en la medida que crecemos en conciencia llegamos a la conclusión: “yo solo sé, que nada sé”.  Por eso en la búsqueda de la Verdad, es necesario tener prudencia al hablar y sabiduría para callar. 

Debemos cambiar la perspectiva, ponernos en el lugar del otro, caminar con una actitud comprensiva e incluyente para avanzar en la búsqueda de la Verdad. ¿Cuál es el propósito de esta situación para mi vida y de qué manera puede afectar a los demás?  Por un instante detente y observa, reflexiona y toma distancia, así podrás obtener mayor claridad de lo que acontece.  Antes de expresar una Verdad, el sabio hace silencio y de manera honesta manifiesta su visión de lo que acontece, sin olvidar que el amor es lo esencial. 

¿Qué es la Verdad?  Es lo único incambiable, es permanente, es real, es lo que es.  Pretender alcanzar la Verdad con una visión materialista de lo que sucede es vana ilusión.  El mundo material es pasajero, es transitorio, es irreal.  Para encontrar la Verdad debemos dejar atrás el engaño, la mentira, la falsedad, aquello que parece ser.  La Verdad es algo que experimentamos en nuestro interior y se va corroborando a partir de los hechos; “por sus obras los conocerán”. En la medida que vivimos la Verdad, se ilumina cada partícula de nuestro ser, convirtiendo nuestra vivencia en una experiencia única, genuina, plena.  Solo es posible avanzar en esa Verdad a partir de la coherencia entre lo que se piensa, se dice y se hace.  La correspondencia entre la mente creadora y la realidad, para coincidir en todos los aspectos es lo que define que algo es cierto. 

Debemos decir o manifestar la verdad sin temor a expresarla, pero igualmente tener respeto; la inofensividad es una condición indispensable de quien recorre los pasos del Camino de la Verdad.  Nos corresponde vivir sin el ánimo de lastimar o dañar, evitando juzgar o criticar.  Recuerda, la Verdad procede de un corazón justo, bondadoso y fiel.  Por eso, “la Verdad nos hará libres”; cuando obedecemos las leyes del amor y actuamos correctamente obtenemos la liberación de nuestras faltas.  Seguimos atrapados en un mundo de oscuridad donde reina la falsedad, la mentira, el engaño, todo aquello que nos ata y limita haciendo nuestra carga más y más pesada. Damos vueltas en un círculo vicioso, impidiéndonos ver más allá de nuestras narices, sin vernos a nosotros mismos y mucho menos sin ver al otros como realmente son.  Tan solo una mirada compasiva, una palabra sincera, un gesto oportuno, restaura y tiene el poder de desatar las cadenas del pasado ayudándonos a redimir los errores. 

Por fortuna la Verdad no puede ser objeto de manipulación, como tampoco se obtiene por medio de la presión, es decir no se puede imponer.  No depende de los gustos o intereses de los hombres; las cosas son como son, y nuestro conocimiento sólo es verdadero cuando es el resultado de la experiencia que conduce al aprendizaje personal.  Ser fieles a la Verdad, tiene que ver con actuar correctamente, sentir con nobleza y pensar con pureza.   La verdad no es estática, no te quedes atrás, la verdad es algo que se afirma cada vez que hablamos y nuestras palabras concuerdan con los hechos del presente.  Hay un momento y un lugar y una manera precisa para decir la verdad.  La Verdad está al servicio de la Vida, permitiéndole al hombre conocerse, para Ser y obrar asertivamente manteniendo el equilibrio.   

¿Cómo fluye la Verdad en la vida?  La Verdad es la medida de todas las cosas y su conocimiento es el eje de la relación del alma con Dios. Está vinculada a la sinceridad, una actitud que debemos cultivar en todo momento con la palabra y la acción.   En consecuencia, la alegría es el gozo de vivir la Verdad.  Decir la Verdad es una manera de empatizar y construir relaciones fuertes y duraderas.  La espada de la Verdad es nuestra lengua, que construye o destruye, por lo tanto, debemos tener sumo cuidado y mejor aún, saber escuchar dos veces antes de hablar. 

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