Libro NUEVAMENTE Una reflexión para cada día

Mi vida cambió en un año. En realidad es muy poco tiempo en la existencia de un ser humano, pero puede ser lo suficiente para transformar su manera de pensar, sentir y vivir. Antes de realizar la práctica rural de medicina en el Amazonas, yo era una persona, después de esa experiencia fui otra muy diferente. Durante este breve período comprendí que había algo más allá de la manera como entendía la vida, la salud, la enfermedad y cómo podemos curarnos. Los conceptos que había aprendido de mis profesores y encontrado en los textos de medicina ya no significaban lo mismo para mí. Desperté a una nueva conciencia. ¡Ha sido una experiencia maravillosa! Descubrí que podía ayudar a sanar a las personas a través de las manos, lo que se conoce comúnmente como “el don de sanación o imposición de manos”.

Sanar es una aventura llena de magia. Cada vez que lo hago, mi rostro se ilumina con una sonrisa de gratitud hacia Dios. Siempre me he considerado una persona nor- mal, es decir, sanar no me hace superior a nadie. Por el contrario, es una inmensa responsabilidad. Al principio le daba vueltas en mi cabeza a la pregunta ¿por qué yo? Pensaba que Dios debió escoger a alguien diferente, tal vez a una persona con menos defectos, pero tratar de obtener una respuesta no me condujo a ningún lugar. Cuando finalmente decidí aceptarlo, comprendí que así obra Él: la fuerza de Dios se hace perfecta en la debilidad humana. Él elige a las personas comunes y corrientes. Quienes deciden escucharlo y seguirlo encuentran un camino hermoso, algo digno de vivir, aportándole sentido a nuestra existencia.

Alcanzar los sueños no es tarea fácil. Sin importar de qué se trate, todo empieza con un compromiso. Hay que abrir la mente y escuchar el corazón. Además exige disciplina, conocimiento, pasión y entrega. Y es precisamente ésta la razón por la cual semana tras semana escribí una columna para los lectores de la Revista Nueva de Periódicos Asociados. El propósito de este libro es entregarles una recopilación, mejorada, de las columnas publicadas allí y presentarles unas cuantas más... Quiero que los escritos que componen este libro formen parte de sus lecturas diarias y para ello los invito a que hagan una breve pausa. Espero de esta manera, aportarles bienestar y al llevarlo a la práctica puedan vivir más saludable y feliz. Tengo la fe y la confianza de que así será: su vida cambiará. Como dice Paulo Coelho: “Deja de ser quien eras, y transfórmate en el que eres... Esa es la vida...”.